Conocí Copenhague en octubre 2017.
Ideal para haceros una escapadita este próximo otoño. Es una capital que tiene mucho que ofrecer, desde pasear por las calles empedradas de trazado medieval del centro histórico o visitar los valiosos museos, hasta disfrutar de excelentes restaurantes y una animada vida nocturna o simplemente relajarse junto al mar.
Para disfrutar de la belleza de la ciudad os recomiendo recorrer sus canales, desde el Nyhavn hasta el Inderhavnen, atravesando los de Slotsholmen y Christianshavn. Es la mejor forma de apreciar el desarrollo urbanístico de la ciudad.
Este paseo en barco me gustó mucho, pudiendo apreciar las casas flotantes, una gran variedad de estilos arquitectónicos como construcciones en forma de barco hasta modernas estructuras sobre plataformas flotantes.
Kongens Nytorv (que significa plaza nueva del rey) es una espléndida plaza barroca situada al principio del canal Nyhavn. Este último fue en una época lugar de encuentro de marineros, lleno de locales de mala reputación y burdeles, sin embargo hoy es una zona turística muy interesante repleta de bares y restaurantes. Nosotros comimos un día allí al aire libre porque el día era soleado y la temperatura agradable. Se come bien aunque no es barato.
Podéis degustar platos típicos daneses como Frikadeller (albóndigas de cerdo y ternera fritas en mantequilla, servidas con patatas), Marinerade Sild (arenque marinado en vinagre y especias, servido con cebollas y alcaparras), Golerodskage (tarta de zanahoria).
Después de comer un paseo muy agradable al lado del mar, os llevará hasta la famosa escultura de La Sirenita, una escultura (sorprendentemente pequeña) realizada en 1913 por Edvard Eriksen quien tomó a su mujer Eline como modelo.
Muy cerca de Stroget veréis La Glace, una de las pastelerías más antiguas de la capital de Dinamarca, donde se preparan deliciosas tartas y chocolates y bollos con canela riquísimos, un lugar que invita a relajarse.
También es curioso presenciar el cambio de guardia en Amalienborg, la media hora que dura, ¡merece la pena! El palacio es la residencia de la familia Real desde 1794.
Os recomiendo acercaros a Christianshavn, sus canales llenos de embarcaderos y hermosas casas del siglo XVII, son lo más interesante de esta zona que recuerda a Ámsterdam.
Y si viajáis con niños una buena opción es Tívoli, un parque de atracciones que de noche, la iluminación de farolillos chinos lo convierte en un lugar mágico.
Se dice que Walt Disney se inspiró en muchas de sus creaciones cinematográficas tras visitar este parque que parece sacado de un cuento. Lo que más sorprende es que se encuentre en plena ciudad.
Algo diferente es La ciudad sin ley: Christiania.
Uno de los lugares más curiosos de la capital danesa se localiza al otro lado del puente que cruza el centro. Pasando la Ópera, la Biblioteca y tras caminar 20 minutos, llegaréis a la Ciudad Libre de Christiania, una especie de ciudad dentro de Copenhague que se rige por sus propias reglas y en donde tanto el consumo como la comercialización de drogas blandas es legal.
En cuanto a la opción hotelera en Copenhague es muy amplia, un hotel recomendable por su situación es el Comfort Hotel Vesterbro, la zona de la Recepción es preciosa y original con sofás de distintos tipos y colores. Su restaurante es fabuloso también.
Espero que os animéis a visitar esta ciudad y disfrutéis descubriéndola.
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