Si Lisboa es decadente, Oporto es aún más decadente, quizás por eso me gustó tanto. Con el Atlántico a las espaldas, combina el encanto de su centro medieval con una arquitectura de vanguardia, una animada vida nocturna y mucho carácter, por eso no hay quien se resista a visitar esta ciudad, ideal para una pequeña escapada. Una ciudad que puede verse en un día, o en 2 (con más tranquilidad).
En la zona Alta os recomiendo visitar con calma La Catedral, monumento Nacional, situada en el barrio de Batalha, junto a las murallas que tiempo atrás protegieron la ciudad. Fue construida en siglo XII, reconstruida un siglo más tarde y reformada en estilo barroco en el siglo XVIII. Aquí fue bautizado Enrique el Navegante.
Una parada imprescindible en Oporto es la Estación de San Benito, y no precisamente para coger el tren, sino para explorar esta decadente estación de tren que cuenta la historia de Oporto en azulejos pintados. Es una de las estaciones de tren más hermosas de Europa construida sobre los restos del antiguo convento de San Benito del Ave María.
Ribeira, un laberinto de callejones, cargados de historia, Patrimonio Mundial y casas de tonos claros amontonadas por la ladera.
Al llegar a Cais de Ribeira, pequeñas tascas con una vista privilegiada de la ciudad y del espectacular Puente de Don Luis 1.
Una zona muy animada con tiendas, restaurantes, es como una postal.
Un lugar fantástico para degustar platos típicos portugueses y con buenas vistas es Bacalhau, el nombre da una idea de cual es la estrella del menú en este elegante restaurante junto al río. El bacalao frito es delicioso.
Cuando estás en la Ribeira y miras hacia el otro lado del río lo más probable es que pienses que ese lado sigue siendo Oporto. Está dentro del distrito de Oporto pero esta parte es la ciudad de Vila Nova de Gaia, la zona de las Bodegas de vino de Oporto donde se fabrica el vino con denominación de origen de Oporto.
Para llegar a Gaia desde Oporto basta con cruzar el Puente Luis I. La forma más cómoda de cruzarlo es a pie y disfrutaréis de unas preciosas vistas.
Después de cruzar el puente no hay que perderse el paseo en el Teleférico de Gaia con sus vistas del Duero y de Oporto. Son 5 minutos de trayecto entre el extremo sur del puente y la orilla. Las vistas son preciosas y podréis haceros vuestro mejor selfie.
En Vila Nova da Gaia podréis dar un paseo por la orilla del río, o visitar algunas de las bodegas y participar en una cata, Nosotros visitamos Offley (sólo abren de Marzo a Octubre).
En Vilanova de Gaia descubrí un restaurante que me encantó Taberninha do Manel con mucha personalidad y encanto, una comida riquísima (los postres caseros para no olvidar) y una atención buenísima.
La verdad es que Oporto es una ciudad para pasear, saborear y disfrutar de cada detalle, sus edificios, coger el tranvía...
También acercaros a la librería Lello una librería neogótica, donde empieza el barrio de Galería, lleno de bares.
El interior es mágico con una claraboya de cristales tintados y una sinuosa escalera que inspiró los libros de Harry Potter a J.K. Rowling durante su estancia en Oporto. Desde el año 2015 cobran la entrada que descuentan si compráis algún libro.
Y por supuesto no os podéis ir de Oporto sin probar la Franceshinha del Café Majestic.
Además el sitio merece la pena, es un café precioso, el más famoso de la ciudad que mantiene su belleza de los años veinte.
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