En este blog os hablaré de las cosas que me apasionan: viajar, leer, los hoteles, restaurantes y los sitios bonitos. No hay nada mejor que poder 'disfrutar' de ello con mi pareja, familia y amigos.


jueves, 4 de marzo de 2021

BALUARTE, UN LOCAL QUE DEJA HUELLA

Lo reconozco, siento devoción por Donosti, una ciudad llena de vida, donde no me cuesta nada perderme entre sus calles y disfrutar de sus fachadas y de su arquitectura, así como de sus bares y restaurantes.
Me gusta descubrir locales con encanto que dejan huella, bien por una velada especial o por una experiencia gastronómica. La comodidad de un sofá, la calidad de un buen café, el trato cercano y los pequeños detalles pueden convertir un lugar que acabas de conocer en tu segundo hogar.

Por eso hoy nos vamos hasta 'Baluarte' en San Sebastián, un bar que respira encanto por todos los lados, con suficiente personalidad para hacer disfrutar los sentidos. Es elegante, amplio, moderno. La decoración es preciosa, inspirada en el Baluarte, las murallas y el fuerte del Monte Urgull. Es lo más, para tomar algo y estar un rato contemplando el gusto exquisito del diseñador. Hay lugares que tienen algo mágico, lugares diferentes y este es uno de ellos.



‘Baluarte’ con unas lámparas chulísimas que te harán levantar la vista, está lleno de detalles con diferentes materiales y acabados, como el letrero con el nombre del local donde el grupo Delta ha combinado la calidez de la madera de roble cortada con láser, con letras cortadas en PVC negro.



La luminosidad que entra por sus grandes ventanales te dará la paz que necesitas mientras disfrutas de un buen café y un trozo de tarta.



Baluarte es un lugar que destaca por la calidez de su espacio con una zona más reservada y tranquila con chesters junto a la chimenea, ideal para relajarse y otra zona de mesas altas para un plan más informal.



Es uno de esos sitios que tiene espacio para gente de todas las edades. Coqueto y acogedor donde en cualquier momento del día puedes tomar y picar algo, un cafecito o una copa.


Desde primera hora de la mañana, te sorprenderá la repostería casera (una perdición para los golosos) y unos croissants exquisitos para desayunar y que te endulzarán el café de la tarde.



Al mediodía para un reencuentro de amig@s es un lugar excelente para tomarte un aperitivo con un pintxo o una ración y degustar sus fabulosas croquetas de boletus, jamón o chipirón.


Para el almuerzo un plato del día de lunes a viernes o cualquier plato de su carta con opciones veganas. Todos los platos con gran sabor y una buena presentación cuidando los detalles. Si a todo esto le unes un trato cercano y afable por parte del personal y dueños, estoy segura de que acabarás haciendo lo que yo, volver siempre que puedas.


Son muchas las especialidades que podrás degustar aquí. En mi opinión he de destacar ‘las carrilleras de cerdo ibérico con manzana caramelizada y crema de patata trufada’ que te enamorarán y te harán volver.




Un elemento singular del restaurante es su terraza en la Plaza Zuloaga junto al Museo San Telmo, ideal tanto en verano como en invierno cuando le da el solecito.


En frente hay un parque para niños y cerca se encuentra el mirador Baluarte donde podrás contemplar la playa de la Zurriola y el paseo nuevo, un lugar espectacular especialmente cuando rompen las olas.
En fin, no creo necesario extenderme para deciros que este lugar me ha dejado huella. Anímate y pasa a conocerlo, con un estilo moderno, una buena decoración y un servicio excelente, es un lugar donde disfrutar un rato con los tuyos y como ellos dicen ‘a los pies del Baluarte todo sabe mejor.’



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