CASCADA DE OROS BAJO, UN PEQUEÑO PARAISO EN ARAGON

En esta época del año hacer una escapada es una de las mejores opciones para disfrutar de la naturaleza. El verano ya ha pasado, pero aún puedes seguir disfrutando de esta estación tan bonita que a mí tanto me gusta, el otoño. No sé a vosotros, pero después de las vacaciones de verano a todos nos quedan esas ganas de seguir viajando ¿verdad? La vuelta a la rutina hace que sigamos planeando los siguientes fines de semana o puentes cercanos.

Si todavía estás en duda de qué hacer en tu próxima escapada, yo te propongo una ruta para descubrir un lugar mágico escondido entre las profundas paredes del barranco de Os Lucás, en la provincia de Huesca. Hoy nos vamos hasta un pequeño paraíso, 'La Cascada de Orós Bajo', de esos sitios que te sorprenden gratamente.

Esta sencilla ruta con una dificultad media y una distancia de 1,7 km, puedes realizarla con niños (a partir de 4 años). Lo único te recomiendo evitar ir en época de lluvias porque hay rocas sueltas y puede haber desprendimientos.
Para empezar desde Sabiñánigo, hay que tomar la A-136 hacia Biescas y coger el desvío hacia las localidades de Oliván y Orós Bajo.

Orós es un pequeño pueblo con mucho encanto y con la Iglesia de Santa Eulalia, una joya del románico que forma parte de las iglesias románicas del Serrablo que se pueden recorrer en una bonita ruta.

El otro tesoro de Orós es la cascada. Para iniciar la ruta puedes aparcar a las afueras del pueblo junto a una zona de juegos. De este aparcamiento arranca una pista que te conducirá al Barranco.

Comienza caminando paralelo al río hasta llegar a una presa con una pequeña cascada y unas pozas.

A partir de aquí el acceso no es un itinerario realmente claro, muchas veces y en función del caudal deberás caminar por el cauce del mismo barranco y mojarte los pies, así que no olvides llevar calzado adecuado.

Tras un rato caminando, unos veinte minutos, llegarás a la Cascada de Orós Bajo, una cascada formada por dos saltos de agua consecutivos de unos 5 y 7 metros de altura terminando en unas pozas de aguas azules y cristalinas que en verano invitan a darse un bañito (para los más atrevidos porque el agua está muy fría).

Prepárate para hacer cientos de fotos porque realmente es increíble este bello paraíso esculpido por el agua. Son muy curiosas las formaciones tipo Flysch que hacen evidente la acción del agua durante siglos. El color del agua y la composición de las rocas de este lugar no te dejarán indiferente. Y si te gusta el deporte de aventura como el barranquismo, aquí podrás practicarlo.

Espero que te guste este lugar tan bonito en el Pirineo Aragonés. A mí me encantó.