El valle de Tena ofrece infinidad de lugares para disfrutar de su vista. Hoy emprendemos una preciosa ruta hacia la hermosa Ermita Santa Elena en Biescas, situada en un entorno mágico en el que podrás echar a volar tu imaginación, ser capaz de conectar de manera especial con la naturaleza y donde sin duda llenarás tu móvil de fotos preciosas.
Hay dos opciones, una más larga desde Biescas y otra más corta que es la que hoy te propongo, ideal para hacer en familia y con una grata recompensa final. Se trata de una ruta circular que dura una media hora. Una vez pasado el pueblo de Biescas, hay un desvío a mano derecha para acceder al aparcamiento desde donde empieza el recorrido caminando por asfalto cruzando un puente sobre el río Gállego.
Antes de iniciar la subida, toma un sendero a mano derecha para realizar la primera parada, el Dolmen de Santa Elena, una de las formaciones megalíticas más antiguas del Alto Gállego.
A partir de aquí comienza la subida. De camino encontrarás numerosos restos de la organización defensiva de los Pirineos, conocida como línea P, una barrera defensiva formada por unos 6000 bunkers construida entre 1939 y 1948 para evitar que los nazis entraran en España por la cordillera Pirenaica.
Pasarás debajo de la montaña hasta llegar al Mirador (ya sólo por las vistas de todo el valle con el río Gállego, merece la pena).
Y un poco más arriba podrás ver la Fortaleza Santa Elena construida como parte de un sistema defensivo para defender los pasos fronterizos con Francia.
Finalmente tras un pequeño bosque profundo y sombrío encontrarás la Ermita Santa Elena, un tesoro artístico del siglo XIII con varias reformas posteriores durante siglos. El entorno no tiene desperdicio y lo convierte en un sitio muy especial, de esos en los que da gusto perderse, pasear y escuchar el silencio.
La ermita está construida sobre una cueva que según la tradición, fue el lugar donde se ocultó una emperatriz romana, cuyo acceso quedó oculto por una gran tela de araña, logrando así escapar de unos perseguidores. En el exterior junto a la ermita hay una fuente, llamada la Gloriosa, donde refrescarse y un área de picnic con mesas de madera. Hay muchas leyendas sobre esta fuente incluso se le atribuyen propiedades curativas milagrosas, como para el mal de la vista. Así que por si acaso llené una botellita 😊
Y lo mejor de la excursión lo dejo para el final, Cerca de la ermita, unas estrechas escaleras esconden una curiosa cascada que cae sobre la cueva a la que puedes entrar, tendrás que hacer un poco de equilibrio entre piedra y piedra intentando no caer y no mojarte. Este es un rincón mágico, un paraje natural de gran valor muy preciado en toda la comarca. Quédate un ratito, aquí se respira paz, así que no te lo puedes perder, este lugar te dejará un buen sabor de boca para iniciar el descenso y regresar al punto de partida.
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