En este blog os hablaré de las cosas que me apasionan: viajar, leer, los hoteles, restaurantes y los sitios bonitos. No hay nada mejor que poder 'disfrutar' de ello con mi pareja, familia y amigos.


miércoles, 26 de noviembre de 2025

BUDAPEST EN 3 DÍAS: MI FLECHAZO CON LA CIUDAD DEL DANUBIO

Budapest ha sido toda una sorpresa para mí. No sé si por su elegancia, sus tranvías amarillos, las luces reflejadas en el Danubio…pero tres días han sido suficientes para querer volver.


Te cuento mi ruta para que disfrutes la ciudad a tu aire: historia, comida deliciosa, arte y ese toque de magia que sólo Budapest tiene.

Día 1: el Danubio y las vistas

Empieza cruzando el "Puente de las Cadenas", uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Un puente colgante que une las dos orillas de la capital húngara.


Antes de seguir explorando, detente en el monumento de "los Zapatos del Danubio". A simple vista son solo 60 pares de zapatos de hierro alineados junto al río, pero detrás hay una historia realmente dura. Representan a las víctimas judías que fueron fusiladas durante la Segunda Guerra Mundial, obligadas a quitarse los zapatos antes de caer al agua. Es un lugar silencioso, sencillo, pero te aseguro que remueve por dentro.


Cruza el Puente de las Cadenas, y sube hasta el "Castillo de Buda" en el funicular.
Cerca del Castillo de Buda, se encuentra la Fuente de Matías una joya neobarroca, que esconde una trágica historia de amor, ya que inmortaliza la melancólica historia de Ilonka, una campesina que, al descubrir que su amado de incógnito era en realidad el rey, murió de un corazón roto por un amor imposible.
Los locales llaman a esta fuente la "Fontana de Trevi húngara". La leyenda que dice que, si arrojas una moneda a la fuente, seguramente regresarás a Budapest. Imaginas qué hice ¿no?


Da un paseo por "el Bastión de los Pescadores", la vista es simplemente impresionante con el Parlamento al otro lado del río que parece un castillo flotante, la vibrante Pest y el Danubio. A pocos pasos se encuentra la Iglesia de Matías, te quedarás asombrado por su techo multicolor y sus vidrieras.



Por la tarde, haz una visita al "Parlamento Húngaro" toda una obra maestra, un edificio muy elegante y simétrico, donde se guarda la Corona de San Esteban, símbolo del país.


Termina el día con una cena en un restaurante húngaro tradicional, y no te vayas sin probar el Gulash un estofado de carne y verduras riquísimo.


Día 2: Cultura, sabores y Budapest auténtica

Empieza el día con un paseo en el tranvía número 2, considerado uno de los paseos en tranvía más bonitos del mundo. Va bordeando el Danubio, con vistas al Parlamento, los puentes y la colina de Buda.


Baja en el "Mercado Central": es color, ruido y aromas. Aquí puedes probar un Lángos recién hecho (masa frita cubierta de ajo, queso y crema) un clásico en Budapest, o unas Salchichas húngaras. No es comida ligera, pero sí auténtica.



Después, camina hasta la Ópera de Budapest, una joya arquitectónica que parece salida de otra época. 


No dejes de visitar la Basílica de San Esteban para admirar su majestuosa arquitectura y subir a la cúpula, donde disfrutarás de unas vistas panorámicas impresionantes de Budapest. Además, en su interior, podrás ver la "Santa Derecha", la milenaria mano momificada del primer rey de Hungría, una reliquia de gran importancia histórica y religiosa.



Por la tarde, sumérgete en el ambiente del Barrio Judío. Allí te espera la Gran Sinagoga, una de las más grandes de Europa, y los famosos ruin pubs, antiguos edificios medio en ruinas transformados en bares con encanto y mucha personalidad.



Cuando empiece a caer el sol, es hora de dar un paseo en barco por el Danubio. Es uno de esos momentos que no se olvidan: el Parlamento, los puentes y el Castillo iluminados mientras brindas con una copa en la mano.



Día 3: Relax y despedida

Comienza el día desayunando en Cafe New York, la cafetería más bonita del mundo, con sus columnas doradas, sus techos con frescos y sus lámparas de araña. Aunque la comida es uy buena, lo que realmente impacta es el ambiente. Eso sí, te recomiendo ir entre semana y a primera hora para evitar largas colas.



Dedica el último día a descubrir la zona más tranquila de la ciudad. Pasea por la Plaza de los Héroes, con sus estatuas monumentales del Monumento del Milenio y el aire solemne que envuelve la historia húngara.


Podrás tomar el metro hasta aquí, considerado el segundo más antiguo de Europa seguido del de Londres. La línea M1 fue declarada Patrimonio de la Humanidad, por sus estaciones con un estilo antiguo. Todo un viaje al pasado.


Muy cerca está el "Balneario Széchenyi", con sus piscinas termales al aire libre, perfectas para descansar y dejar que el cuerpo se relaje después de tanto caminar.



A pocos minutos, el "lago Városliget" en medio de un precioso parque, te espera para dar un paseo o simplemente sentarte un rato a disfrutar del ambiente y comer junto al lago. El restaurante Robinson es una lugar excepcional.



Por la noche, sube a un Sky bar, como el de Liz and Chain, despídete de Budapest con una vista panorámica de la ciudad iluminada y brinda por este viaje que, probablemente, querrás repetir.


Dónde dormir

El Hotel Emerald es una opción perfecta por su u
bicación céntrica y su ambiente moderno y acogedor. Desde allí puedes ir andando a muchos de los lugares más importantes y disfrutar la ciudad sin complicarte con el transporte.


Budapest tiene ese “algo” difícil de explicar. Es elegante, divertida, aunque no en exceso y con un toque nostálgico que la hace única y especial. Tres días bastan para enamorarte… ¿te la vas a perder?




miércoles, 1 de octubre de 2025

LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE LA ALSACIA

Hay lugares que no necesitas imaginar porque ya parecen sacados de un libro de cuento. Me pasó en Alsacia, no solo conocida por sus vinos y sus mercados Navideños, es un lugar ideal para perderse entre calles empedradas de pueblos con casas con entramados de madera, balcones repletos de flores y callecitas que creerás estar en una película de Disney.


Mi recorrido empezó en Estrasburgo, la capital de la región, la puerta de entrada a la Alsacia. Me pareció una ciudad preciosa con mucha historia, modernidad y sobre todo mucha magia.


Una parada obligatoria es la Catedral de Notre Dame. La verdad es que impresiona desde lejos con su torre gótica. En su interior no puedes perderte el reloj astronómico.



La plaza de la Catedral está llena de terrazas y tiendecitas.



Te recomiendo pasear por el Barrio de la Petite France, uno de los rincones más fotografiados de Estrasburgo. Podrás hacer fotos chulísimas de las casas con entramados de madera reflejadas en los canales. Aquí hay que caminar sin rumbo porque cada callejuela tiene su encanto. Puedes dar un Paseo en barco por los canales para ver la ciudad desde otra perspectiva. Los barcos salen desde el muelle de "la Petite France".



Para comer, prueba una Tarte flambée (parecida a una pizza muy fina) o el Chucrut alsaciano en una taberna típica de la Alsacia, encontrarás muchos restaurantes alrededor del barrio de "la Petite France".



El Barrio Europeo no es tan de cuento, es más moderno donde se encuentra el Parlamento Europeo, cerca hay un parque, el Parque de Lorangerie, muy agradable para dar un paseo y relajarse, hay un pequeño lago con barquitas (ideal si vas con niños).



Colmar

Colmar es la niña bonita de Alsacia. El barrio de La Petite Venise es Instagrameable total. Barquitos, casitas de colores con flores en cada ventana. Ahora entiendo por qué dicen que Colmar es uno de los pueblos más bonitos de Francia.


Eguisheim

Lo más curioso de Eguisheim es su forma circular. Un pequeño pueblo acogedor lleno de casitas preciosas y rincones llenos de encanto, aquí prepárate para sacar miles de fotos. Fue el pueblo que más me gustó. Es como una postal viva.


Turckheim

Pequeño y menos turístico, y un ambiente tranquilo que lo hace especial.


Kaysersberg

Con mucha historia, es más medieval, con un puente que cruza el río y un castillo en lo alto. Kaysersberg tiene ese aire romántico de película antigua. Perfecto para pasear al atardecer.


Riquewihr

Fue escenario para diseñar la Bella y la Bestia. ¡Y no me extraña! Lleno de fachadas medievales, y casitas de cuento por todas partes. Un lugar muy fotogénico.



Ribeauville

Es el pueblo de las fortalezas con tres castillos en las colinas que vigilan el pueblo. Con mucho ambiente, tiendas de productos locales y pequeñas bodegas, muchas plazas y con un casco histórico que parece de postal.


Anímate a descubrir esta región, saborear sus vinos, y su gastronomía y pasear por sus canales, porque Viajar por a Alsacia, te hará sentir estar dentro de un cuento de hadas.








martes, 22 de julio de 2025

BRIHUEGA: LAVANDA, HISTORIA Y RINCONES QUE ENAMORAN

En el mes de julio, no se me ocurre mejor momento para hablar de un sitio que, si no conoces ya, tienes que apuntar en tu lista de escapadas: Brihuega, en Guadalajara.
Sí, sí… ese pequeño pueblo que cada julio se viste de morado y huele a lavanda fresca por cada esquina porque cuando veas los campos en flor, querrás ir allí para hacer miles de fotos. 


Pero Brihuega es mucho más que lavanda. Este pueblo tiene historia, tiene rincones con encanto, es muy especial. Te cuento algunas cosas que no te puedes perder. 

Una vez hayas disfrutado de los campos, no te vayas sin explorar el casco histórico de Brihuega. Está lleno de sorpresas y rincones que parecen sacados de una película medieval.


Hay una puerta que no puedes pasar por alto: la Puerta de a Guía. Es mucho más que una entrada al casco antiguo, es como cruzar el corazón medieval del pueblo, donde las calles empedradas y la plazas tranquilas empiezan a contarte su historia.


Hoy es uno de los rincones más fotografiados de Brihuega, perfecto para empezar un paseo por el pueblo, y perderte entre aromas de lavanda.


La Iglesia de Santa María de la Peña, es una joya del románico tardío, sencilla por fuera, pero con mucha personalidad. 



Justo al lado está el Mirador del Castillo, que es un espectáculo: desde allí se ve el pueblo entero, las murallas y los tejados rojizos que se extienden hasta el horizonte. Perfecto para parar,  y disfrutar del silencio. Ideal para una buena sesión de fotos.


Entre paso y paso, llegarás seguro a uno de los rincones más fotografiados de Brihuega: la Fuente de los Doce Caños. Suena a nombre de cuento, es un lugar ideal para refrescarse y dejarse llevar por el sonido del agua.


Y antes de irte, haz una última parada en una tienda que merece mención aparte: Las cosas de mi hermana. No solo por el nombre encantador, sino porque dentro encontrarás productos artesanales hechos con lavanda: jabones, aceites, velas, ambientadores… Todo con un gusto exquisito. Ideal para hacer un regalo o, mejor aún, para que tu casa huela a Brihuega durante semanas.



Brihuega tiene todo lo que una escapada necesita, flores, historia, callejuelas con encanto, vistas para recordar y ese ritmo pausado que tanto se agradece cuando escapamos del ruido. 
Además en julio, se celebra el Festival de la Lavanda. Dicen que es una experiencia que queda grabada en la memoria, yo aún, no he tenido la oportunidad de verlo, pero es una buena excusa para volver.

Así que si no has estado en Brihuega ya puedes añadirlo a la lista de tus próximos viajes ¡Ah! No te olvides la cámara y disfrútalo.